Pedro Beltrán Espantoso, es considerado iniciador del periodismo moderno durante el tiempo que asume la dirección del diario La Prensa, pues tras los intentos de diferentes directores, ninguno hasta el momento había logrado consolidar un diario moderno, tanto en la técnica de impresión como en la redacción y estructura.
Debido a la posición económica de Beltrán, pues era propietario de una hacienda de alto rendimiento en Cañete, pudo financiar la renovación tecnológica del diario, esta etapa es conocida como “época caliente” porque se utilizaba plomo fundido en el proceso de impresión, era la época de el plomo, la grama, los planos y los linotipos; este era el primer paso para la renovación, la base para iniciar la renovación periodística con la formación de nuevos escritores.
El cambio que significaría en La Prensa la dirección de Beltrán, se debe al temperamento del mismo, pues uno de sus objetivos era romper todos los esquemas preexistentes, acabar con los folletines en los que la opinión no se separaba de la noticia; es probable que nos parezca muy común la estructura actual de los diarios, pero en aquella época la carátula servía para vender publicidad, no noticias.
Así mismo, existían muchas deficiencias en la redacción, la que estaba en manos de aficionados, que no cumplían con profesionalismo su labor periodística, enmarcados en la bohemia en algún café de la afamada Plaza San Martín. La renovación era imprescindible, pero sumamente difícil, Beltrán desistió de entrenar a los redactores de la época, pues no encontraba en ellos el talento necesario para el cambio que tenía en mente.
Había dedicado mucho tiempo al estudio minucioso de publicaciones norteamericanas como “The New York Times” o “The Herald Tribune”, de las que extrae técnicas y las introduce a nuestro país, como la ya conocida pirámide invertida, así mismo emplea el estilo objetivo. Inmediatamente fue a la búsqueda de nuevos redactores, para lo que era indispensable tener un elevado nivcultural, así como una constante inquietud periodística, estas características fueron vistas en los jóvenes integrantes de la Generación del 50, entre los que destacan Mario Vargas Llosa y Sebastián Salazar Bondy. Era un equipo multidisciplinario, conformado por jóvenes universitarios que se habían iniciado en la redacción entre los 18 y 20 años, en revistas independientes. En ellos Beltrán vio un gran potencial, el cual aprovechó hábilmente, usando su exigencia y disciplina para formarlos en la técnica periodística, alcanzando excelentes resultados.
Medios de Consulta:
- Jorge Eduardo Mendoza
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