domingo, 4 de diciembre de 2011

2da semana. "Trascendencia informativa del periodismo político contestatario en el Perú republicano."

La diversidad de nuestro país se expresa en los distintos tipos de pensamiento que generan los grupos locales o étnicos, a esto debemos agregar que con la invasión española llegan los inmigrantes con otras formas de concebir el mundo; con posterioridad, el pensamiento ilustrado genera una profusión de pensamientos e ideas que intenta conocer hasta la realidad del territorio en su totalidad, haciendo tangible una ligera preocupación por las poblaciones menos favorecidas, sin embargo no expresa a la totalidad de la opinión pública, esto para explicar que existen distintas corrientes de pensamiento o ideologías en un mismo momento.

Las diferentes formas de ver la realidad promueve la existencia de diferentes tipos de pensamiento, que al encontrarse favorables para un grupo de individuos generan las llamadas ideologías. En la política sucede lo mismo, con el agravante del poder al que se quiere alcanzar, por lo que no solo se generan mejores ideas de gobierno, sino sobre todo opiniones contrarias al discurso oficial, expresándose el periodismo político contestatario.

En la historia del periodismo peruano encontramos un incremento en el número de publicaciones desde 1829, estas se caracterizan por su información sesgada, vinculada con un partido político, en este caso, liberal o conservadora. En ellos pueden identificarse el uso de la sátira y la violencia para desacreditar al adversario político mediante sus contenidos. Esta situación agrava con la conformación de la Confederación Peruano Boliviana, trayendo como consecuencia la desarticulación de la prensa y el dominio de las ideologías partidarias.

Con la disolución de la Confederación, destaca la aparición de un periodismo informativo desligado de afanes partidarios, con una preocupación más consciente sobre el acontecer político, económico y social. Figuran: El Comercio (1839), El Correo (1840) y La Bolsa (1841).

Coetáneamente se genera un interés por difundir aspectos culturales, específicamente literarios, con las publicaciones de Felipe Pardo y Aliaga y Manuel Ascensio Segura como El Espejo de mi tierra (1840) y Lima contra el Espejo de mi tierra (1841) respectivamente, amabas relativas a las costumbres nacionales. Esta etapa es considerada una etapa del renacimiento ilustrado cultural en el Perú, con la aparición de poetas y dramaturgos que contribuyeron a la historia de la literatura nacional.

La aparición de algunos diarios como El Folletín y Los Remitidos, significó la apertura de plataformas para atacar declaraciones personales y desacreditar a personajes políticos a través de sumas de dinero otorgadas a estos diarios, así mismo se utilizaron mecanismos satíricos y agresivos como recursos informativos para el agravio de los mismos.

En Lima, entre los años 1860 y 1895 aparecen publicaciones relacionadas con las ideologías de los partidos políticos, su objetivo era la manipulación de masas a través de la dirección informativa conveniente a sus intereses, a través de ataques y contraataques que generando tensión e incertidumbre social frente a la situación política.

Mediante estas publicaciones: La América, La Época y El Murciélago en 1862, El Perú (1864), El Bien Público y La Guardia Nacional (1865) se intentaba dirigir masivamente a la población buscando su parcialización con alguna de las ideologías políticas de la época.

Al hacer esta breve revisión histórica sobre el periodismo político contestatario, es inevitable encontrar un símil con la abrumadora prensa chicha de fines de los 90, que sigue teniendo vigencia en algunos diarios que usan a la prensa como plataforma para realizar agravios personales que van más allá de las situaciones políticas de hecho, generando incertidumbre en la población y polarización de opiniones en la población.

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